TW
0

EFE-LONDRES
Un defecto en la vía pudo provocar el accidente de un tren de la compañía Virgin que el viernes por la noche causó un muerto y una veintena de heridos en Cumbria (noroeste de Inglaterra), afirmó ayer Richard Branson, dueño de esa empresa.

«Me han hablado de un desperfecto en la vía», dijo el conocido millonario, que interrumpió sus vacaciones invernales en Suiza para desplazarse al lugar de la tragedia y visitar a las víctimas hospitalizadas. Según el testimonio de algunos pasajeros, el tren, de la marca «Pendolino» y con una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora, descarriló en una zona rural al colisionar con algún objeto no identificado.

El descarrilamiento hizo que el aparato, que procedía de Londres y se dirigía a Glasgow (Escocia), se deslizara por el terraplén lateral del raíl hasta un campo adyacente, por lo que algunos vagones quedaron de lado o incluso «en el aire». La víctima mortal, de 84 años, fue ayer identificada como Margaret Masson.

Entretanto, la Policía, que centra sus investigaciones en varios puntos de la vía para averiguar la causa exacta de la tragedia, subrayó que ha sido un «milagro» que no se hayan registrado más muertos. «Hemos sido muy afortunados», señaló Martyn Ripley, superintendente jefe de la Policía Británica de Transporte. Branson atribuyó ese «milagro» a la fiabilidad y seguridad de los «Pendolinos», pues «si se hubiera tratado de otro tren, el número de heridos y muertos habría sido horroroso».