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ELENA BALLESTERO/E.L.V.
Una violenta explosión de gas butano provocó ayer graves heridas a un joven de 25 años, que sufre quemaduras en el 27% de su cuerpo. La deflagración tuvo lugar sobre las 12.30 horas en unos chalets adosados de la calle Chopin, en Can Picafort. Los primeros indicios apuntaban a que la explosión fue accidental, aunque luego se descubrió que se debía a un intento de suicidio. El joven, que trabaja en el hospital de Inca y atiende a las iniciales de M.S.C., dejó escrita una nota de despedida. Después trasladó la bombona a su cuarto y dejó la espita abierta. Al cabo de varios minutos, el gas acumulado causó la explosión. La onda expansiva fue tan fuerte que hizo saltar los cerramientos de aluminio de la casa, que fueron proyectados hasta la fachada del otro lado de la calle.

El herido logró salir del domicilio por su propio pie, aunque cayó al suelo apenas traspasó el umbral de la puerta. De inmediato se trasladaron al lugar patrullas de la Policía Local de Santa Margalida y dos ambulancias del 061. Allí lo atendieron de quemaduras de segundo y tercer grado en piernas y brazos. Tras quedar ingresado en Son Dureta, a media tarde fue trasladado en avión ambulancia al Hospital Valld'Hebrón. La deflagración provocó un incendio, extinguido por efectivos de Bombers de Mallorca.

La explosión también provocó heridas a un bebé. Se trata de un niño de ocho meses que estaba siendo acunado por su madre en el patio de la vivienda vecina. Varios cristales rotos de una ventana se le clavaron en la mejilla. El bebé fue trasladado al hospital de Muro, aunque pese al susto inicial se comprobó que el pequeño sólo tenía heridas superficiales.