Cuando la matanza del estudiante de 23 años Cho Seung Hui en la Universidad Politécnica de Virginia aún está fresca en la memoria de la sociedad estadounidense y el mundo en general, un nuevo suceso relacionado con las armas en manos de un civil sacude a EE.UU.
William A. Philips era empleado de la empresa Jacobs Engineering, que tenía un contrato de apoyo técnico a la NASA. Desde hacía 13 años trabajaba para la agencia espacial estadounidense en el Centro Johnson de Houston con una conducta «modélica», según explicó el director del centro, Mike Coats. Philips fue a comer en el mismo día de los hechos con otros tres compañeros. Aunque se desconocen las causas, parece ser que Philips y uno de sus compañeros protagonizaron una disputa. Poco después, Philips se encerró en una habitación del edificio 44 del complejo armado con un revólver de punta corta y con David Beverly y Francelia Crenshaw como rehenes. El ingeniero efectuó dos disparos a los que las fuerzas de seguridad respondieron debido a que los esfuerzos previos por intentar establecer contacto fueron inútiles. A la 13.40 horas David Beverly fue asesinado presuntamente a manos de su raptor y tres horas después el propio Philips se quitó la vida de un disparo en la cabeza. Cuando los efectivos estadounidenses entraron en la habitación donde tuvo lugar el suceso encontraron a una segunda rehén, Francelia Crenshaw, que se encontraba ilesa. Además, descubrieron en una pizarra que Philips había dejado una nota con una lista de nombres y unos garabatos a los que aún no se ha encontrado significado ni relación con la refriega.
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