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E.L.V.
Los cinco jóvenes detenidos en sa Cabaneta con 35 kilos de hachís y varias armas ingresaron ayer en la cárcel de Palma, aunque dos de ellos podrán eludir la prisión si pagan unas fianzas de 3.000 y 5.00 euros, respectivamente. Cuatro de los detenidos realizaron una brevísima declaración ante el juez de guardia, asegurando que no tenían nada que ver con el alijo incautado. Por su parte, Maximiliano M.M., el último de ellos, ofreció una explicación un tanto rocambolesca de la procedencia de las drogas y las armas. Según su versión, el día en que fue detenido fue a dar una vuelta en coche por la zona de sa Cabaneta, cuando se detuvo en un callejón al observar que había dos maletas. El joven las recogió y, al ver que contenían drogas y armas, se las llevó a casa. Una vez allí decidió «regalar» dos kilos de hachís a otro de los cuatro implicados, que según asegura son sus compañeros de piso.

La versión policial es bien distinta. Según los investigadores, hace dos meses ya comenzaron un seguimiento en la zona, al sospechar que los cinco implicados podrían formar parte de una red que utilizaba un almacén como punto de venta mayorista de hachís.

La policía bautizó el dispositivo como 'operación Barba', y el pasado martes varios agentes hicieron un seguimiento a uno de ellos, al sospechar que se disponía a hacer un pase de droga en la gasolinera de Son Rapinya. Cuando los policías se acercaron a ellos, huyeron a toda velocidad del lugar. Tras una persecución lograron detener a uno de los implicados, en posesión de los dos kilos de hachís que Maximiliano, supuestamente, había «regalado».