La Guardia Civil saca el cadáver en descomposición descubierto en la funeraria ilegal.

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El empresario alemán imputado por la Guardia Civil por el caso de la funeraria ilegal de Porreres montó una peculiar cámara donde conservar los cadáveres: una caja frigorífica de un camión con dos aires acondicionados. El aislante era insuficiente y tampoco se alcanzaba la temperatura adecuada en el habitáculo, por lo que la conservación de los cuerpos no era la adecuada.

Los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil han informado al juez de Manacor del estado de las diligencias, y de los cargos que pesan sobre el médico forense alemán. La funeraria La Paloma Blanca no contaba con licencia de apertura, a pesar de que sus responsables la habían solicitado en dos ocasiones, sin éxito.

El local tenía las oficinas en la calle Almoina y luego habían alquilado un antiguo gallinero que habían convertido en una sala para la conservación de los cadáveres. En un lado había unas cajas y unas batas blancas, de médico. En el otro se encontraba una caja isotérmica de un camión frigorífico con un split para enfriar la cámara y en el suelo, otro aparato de aire. Los investigadores, el día del registro policial, hallaron el cuerpo de un ciudadano extranjero que se encontraba en descomposición, precisamente porque el recinto no estaba en condiciones de albergar un cadáver.

Los investigadores están tratando de determinar cuántos cuerpos fueron tratados de esta manera, aunque la tarea no es sencilla. Otro dato curioso es que el día de la intervención policial apareció en escena un ciudadano de color que supuestamente no estaba vinculado laboralmente con al funeraria. El hombre abrió con las llaves del negocio la puerta principal y luego, sin decir palabra, desapareció. Los agentes están investigando quién era ese individuo y quién le facilitó las llaves de la empresa.