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JAVIER JIMÉNEZ-MARIA NADAL
El menor participaba en una escuela de verano organizada por una asociación altruista vinculada al ayuntamiento de sa Pobla, llamada Pa i Mel.
Por la mañana se desplazó a la piscina municipal con el resto de compañeros, de distintas edades, para participar en el primer día de actividades lúdicas. Hansa Arzok jugó sin problemas y a las once y media merendó. Poco después volvió a la piscina, de cincuenta metros, y se zambulló de nuevo. Fue entonces cuando presumiblemente sufrió un corte de digestión que le dejó sin fuerzas. El menor se ahogó y segundos después dos socorristas y los coordinadores de Pa i Mel detectaron lo que estaba pasando. Se lanzaron al agua y lo sacaron, en estado crítico. Los socorristas le realizaron las maniobras de reanimación básica, y consiguieron remontarlo. La noticia del ahogamiento se extendió rápidamente por sa Pobla y un cuarto de hora después de producirse el accidente regidores y el alcalde ya estaban informados. El equipo de Gobierno se desplazó hasta la piscina municipal, donde se vivieron momentos de mucha tensión. La Policía Local de sa Pobla se hizo cargo de la situación, mientras el personal sanitario de una uvi móvil del 061 iniciaba la reanimación avanzada de Hansa.

El niño había entrado en estado de coma y en dos ocasiones se debatió entre la vida y la muerte, aunque afortunadamente superó los dos trances. Una ambulancia lo evacuó hasta el hospital de Son Dureta, donde quedó ingresado en la unidad materno infantil, con pronóstico crítico. Por la tarde, fuentes sanitarias informaron que estaba estable, dentro de la extrema gravedad. La Guardia Civil investiga el accidente en la piscina municipal y ayer Lluís Socies, responsable de Serveis Socials del ayuntamiento de sa Pobla, declaró que el menor marroquí sabía nadar y estaba aparentemente sano. El alcalde, Joan Socies, visitó las instalaciones deportivas y ha ordenado que se abra una investigación para aclarar lo ocurrido.