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JAVIER JIMÉNEZ Los diez trabajadores de un centro de residuos de Manacor tuvieron que ser desalojados al aparecer una bomba simulada en una caja. El Grupo de Información, la comisaría de Manacor y los TEDAX investigan quién confeccionó el artefacto.

La caja, de 40 centímetros de ancho por 40 de largo, fue abandonada junto a un punto verde de basura el pasado miércoles. A las dos de la tarde un camión la recogió y la trasladó al Centro de Pretratamiento de Residuos de Construcción y Demolición, ubicado en el camino del cementerio. Cuando el envoltorio iba a ser tratado uno de los operarios descubrió unos cables sospechosos que asomaban y al echar un vistazo en el interior vio el teléfono móvil y los cartuchos simulados, rellenos por una sustancia compacta. Los mismos trabajadores dieron al voz de alarma y el Cuerpo Nacional de Policía se hizo cargo de al situación. El centro fue evacuado de forma preventiva y la zona quedó acordonada, mientras se investigaba el asunto. Los TEDAX (Técnicos Especialistas en Desactivación de Explosivos) se hicieron cargo de la caja y comprobaron que el móvil era un modelo Alkatel de Movistar y los dos cables conectados eran de color negro, uno, y azul, el otro. En un lado había seis cartuchos en un cinturón y muy cerca otros dos, cogidos con cinta aislante de color negro. En el interior de las cápsulas habían introducido una sustancia similar a la plastilina, para simular que se trataba de un explosivo. Ahora los investigadores tratan de determinar a quién pertenecía ese teléfono móvil. La Policía no descarta ninguna hipótesis y se contempla que se tratara de una venganza para asustar a alguien o también de una broma de mal gusto. Sin embargo, también se investiga si el autor de la bomba simulada quería, en realidad, confeccionar un artefacto explosivo y por motivos que se desconocen se asustó y la dejó abandonada en un punto verde, para hacerla desaparecer.