El Ayuntamiento de Eivissa decretó ayer el cierre de la playa de Ses Figueretes, en el sudeste de la isla, al detectarse que «una fracción de la mancha» de combustible generada por el hundimiento del mercante «Don Pedro» «se ha ido desplazando a esta zona».
Así lo informó la alcaldesa de Eivissa, Lurdes Costa, en una rueda de prensa celebrada para evaluar la situación tras el suceso, a la que también asistieron el presidente del Govern balear, Francesc Antich; el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías; la consellera de Interior, María Angeles Leciñena; y el presidente del Consell de Eivissa, Xicu Tarrés. El cierre a los bañistas de la playa de Ses Figueretes se suma al decretado a primera hora de la mañana en la playa de Talamanca con motivo del suceso, aunque como medida preventiva, ya que, explicó Leciñena, la presencia de este fuel no constituye «peligro» para la salud, y con el objetivo de facilitar las labores de limpieza.
La consellera de Interior aseguró que el combustible que está llegando a Ses Figueretes es consecuencia de que la mancha provocada por el hundimiento «se está fraccionando» por los movimientos del tránsito de embarcaciones. En este contexto, es «esperable» que «pequeñas manchas» fruto de ese fraccionamiento, que no de una expansión, alcancen la playa Den Bossa u otras zonas, en función de la dirección del viento. Leciñena negó que el buque tenga fugas por las que sale el combustible, sino que éste llega al exterior a través de los denominados «suspiros», conductos por los que se conectan los depósitos de combustible de las embarcaciones al aire.
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