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El acusado se mezcló entre los miles de bañistas que abarrotaban ayer s´Arenal y, de forma disimulada, comenzó a sacar fotografías de niños y niñas jugando sobre la arena o en la orilla. Unos padres, sin embargo, repararon en la actitud sospechosa del muchacho y se dirigieron hacia él. Antes de que pudiera huir le arrebataron la cámara fotográfica y miraron en el visor digital qué tipo de imágenes había estado captando. Allí aparecieron decenas de instantáneas de niñas de corta edad en bikini o niños desnudos. El presunto pederasta fue retenido hasta que llegó a la playa una unidad de la Policía Local, que procedió a la detención del sospechoso tras escuchar la versión de los padres y de los testigos. La cámara fue intervenida como prueba inculpatoria contra él. El joven americano, por su parte, intentó exculparse, pero ofreció una versión contradictoria de su afición por aquel tipo de fotografías. En los últimos meses tanto la Guardia Civil como la Policía han detectado a individuos sospechosos que frecuentan playas provistos de cámaras.