En un juicio que apenas duró cinco minutos, el acusado Juan Antonio R.G. se declaró culpable ayer de intentar matar a puñaladas a una mujer con la que había mantenido una relación sentimental. Todo sucedió en mayo de 2006 en la calle Jaime Ferran de Palma.
El acusado sabía que la mujer había subido a una casa, por lo que comenzó a merodear por los alrededores esperando a que bajase. Al poco tiempo la vio salir, acompañada por un hombre y caminando hacia un aparcamiento. El acusado se acercó con la intención de hablar con ella, aunque su acompañante se interpuso. Tras un pequeño enfrentamiento, Juan Antonio pareció desistir de su intención de hablar con la mujer e hizo ademán de abandonar el lugar. Sin embargo, justo en el momento en que la mujer se metía en un coche, y aprovechando que estaba distraída, el acusado se abalanzó sobre ella con un cuchillo de 15 centímetros de hoja. En un arrebato de ira comenzó a asestarle puñaladas por todo el cuerpo. Algunas le afectaron a zonas vitales y a punto estuvieron de alcanzarle las vísceras, lo que según la fiscal «la habrían llevado irremisiblemente a un desenlace fatal de no haber recibido inmediata asistencia médica». La chica permaneció tendida en el suelo hasta que poco después llegaron los servicios médicos, mientras que el hombre no opuso resistencia alguna a su detención.
La fiscal calificó inicialmente los hechos como de un delito de asesinato en grado de tentativa, y pedía 12 años de prisión y la prohibición de aproximarse con la mujer durante 10 años. No obstante, tras una conformidad aceptó rebajar el delito a homicidio en grado de tentativa. El acusado reconoció todos los hechos con un «si señor» que sonó entrecortado y que apenas pudo oírse en la sala de vistas.
Además de los seis años de condena, el acusado deberá pagar a la víctima 105.000 euros de indemnización.
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