18/08/07 0:00
E.L.V.
«Yo viví el terremoto de 1970, pero no había visto nada como esto. Era como estar en un barco en medio de un gran oleaje. De repente vimos explosiones y rayos en la calle y nos dimos cuenta de que eran los postes de electricidad que chocaban entre sí y caían. La gente estaba aterrorizada y gritaba, preguntando por sus hijos y sus nietos y pidiendo clemencia a Dios». Esta es la descripción del terremoto de la mallorquina María Quetglas, perteneciente a las Trinitarias. A pesar de que las religiosas se hallan en la localidad de Puente Piedra, a unos 300 kilómetros de la zona más afectada, el seísmo resonó con fuerza en todo el país. «Hay 16.000 familias sin casa, pasando frío y pidiendo agua. Nuestra misión es ayudarles», afirma Quetglas. La trinitaria mallorquina explicó que, por el momento, su primera reacción ha sido entregar pequeñas cantidades de dinero a los conocidos que se han marchado a las zonas afectadas para saber el estado en el que se encuentran sus familias. Sin embargo, a partir de ahora todas las parroquias canalizarán sus ayudas a través de Cáritas y los servicios sociales. Para los donativos, Cáritas Diocesana de Mallorca ha habilitado una cuenta en Sa Nostra: 2051-0099-82-1036624831.
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