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EFE-PISCO Ocho mil afectados por el terremoto que asoló la costa central del Perú el pasado miércoles han iniciado las labores de limpieza de las calles de Pisco, Ica y Chincha, las tres ciudades más golpeadas por el cataclismo.

En Pisco, donde el 85 por ciento del centro de la ciudad ha quedado destruido, cuatro mil personas, en su mayoría jóvenes, han sido contratadas por el programa «Construyendo Perú», del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, para retirar el polvo y las piedras que cubren las calles, flanqueadas por edificios derruidos.

Otros dos mil trabajan en la ciudad de Ica, que resultó menos afectada, y dos mil más en Chincha, que sufrió graves daños, aunque no alcanzaron el grado de Pisco.

Ataviados con una camiseta roja de «Construyendo Perú» y un casco blanco, varios cientos de estos jóvenes acudieron a la Plaza de Armas de Pisco para asistir a un acto de izada de la bandera en recuerdo de los muertos en el terremoto, que lideró el presidente García.

Con palas y escobas impolutas y carretillas sin estrenar, después de que Alan García izase la bandera del Perú frente a la estatua del libertador San Martín, le escucharon comprometerse a «restituir a esta ciudad condiciones mejores».

El martes los grupos se repartieron por los barrios de las tres ciudades para planificar el trabajo, y ayer iniciaron propiamente las labores de limpieza.

Donde el trabajo será más duro es en el centro de Pisco, donde la mayoría de las casas derruidas eran de adobe, un material que deja al deshacerse una gran cantidad de polvo y suciedad.

En el barrio de San Andrés, en las afueras de Pisco, junto al aeropuerto y a orillas de la playa, una brigada de «Construyendo Perú» había trasladado sus equipos para disponerse a retirar los restos que dejó el mar, que inundó las dos primeras manzanas del poblado tras el sismo.

Edwin Méndez, un joven de la brigada, natural de San Andrés, que se encuentra en una caleta poblada por pescadores, dijo a Efe que la marejada que se produjo debido al fuerte terremoto, «inundó mi casa y el corral trasero se cayó».

«La barca con la que trabajamos quedó destrozada y necesito dinero», recalcó el joven, que ya ha cobrado los 98 soles (32 dólares) por la primera semana.

La ministra de Trabajo, Susana Pinilla, dijo a Efe que «el programa Construyendo Perú, da trabajo a las personas más damnificadas, a las que se les paga un ingreso mínimo, pero que les permite de momento paliar las primera dificultades».

El Ministerio de Trabajo ha anunciado que, de momento, se calcula que estas brigadas tendrán trabajo para 30 días, aunque sus responsables han reconocido que, probablemente, se tendrá que ampliar.

El problema del dinero acucia sobre todo a los que se han quedado sin nada, pero también a los que lo tienen en los bancos, pues en Pisco, donde no hay electricidad más que para el alumbrado público de algunos barrios periféricos, no han podido abrir.

De los tres bancos que hay en la Plaza de Armas de Pisco, uno ha quedado totalmente derruido y los otros dos han sufrido graves daños, por lo que, desde ayer, anuncian en sus fachadas que atienden al público en otros lugares menos afectados, como Ica, donde ya desde el sábado funciona por lo menos un cajero automático.

La reconstrucción llevará más tiempo, años, según reconocen algunos responsables gubernamentales, y para ello, el ministro de Vivienda, Hernán Garrido, ha anunciado que se dará una ayuda de 6.000 soles (unos 2.000 dólares) a los que han perdido sus casas.