Las inmediaciones del faro de Ses Salines son una puerta de entrada no sólo para inmigrantes en patera, sino también para narcotraficantes cargados de toneladas de hachís.
A la una y media de la madrugada de ayer una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil detectó, en aguas próximas a Cap Salines, una embarcación semirrígida, sumamente sospechosa. El EDOA (Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga) fue movilizado y una patrulla rural se desplazó a la carretera del Cap Salines, ante la posibilidad de que el desembarco ya se hubiera materializado. En efecto, los agentes descubrieron una furgoneta de alquiler, pilotada por un marroquí que intentó darse a la fuga. Durante la huida se accidentó y fue apresado. En el interior del vehículo transportaba 96 fardos de hachís, con un peso superior a los 3.000 kilos.
El operativo, coordinado por el cuartel de Santanyí, se completó cuando fue localizado un Opel Corsa de color granate, con matrícula de Málaga, con tres magrebíes a bordo, todos ellos con las ropas mojadas. Los detenidos fueron identificados como Hamid B., de 34 años; Mohand G., de 42; Mehdí G., de 32 y Mohamed G., de 39.
La embarcación semirrígida estaba provista de cuatro motores de 250 cv cada uno y tenía 12 metros de eslora. Ayer por la mañana, a primera hora, permanecía a punto de naufragar junto a las rocas, a un kilómetro de Cap Salines. Durante todo el día los agentes peinaron aquellas rocas y localizaron, curiosamente, bidones vacíos. Una de las posibilidades que se barajaban es que los barriles transportaran combustible para cubrir el trayecto entre la costa marroquí y Mallorca.
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