Los equipos de emergencia recibieron la primera llamada alertando del incendio en Plataners 12 a las 3'02 horas de la madrugada y diez minutos después una patrulla de la Policía Local y una dotación de los bomberos ya estaban en esa dirección.
Las fuentes consultadas indicaron que cuando se inició el incendio había moradores en el interior del piso, que pudieron abandonarlo a tiempo. Los vecinos del edificio, en pijama y con el susto en sus rostros, fueron despertados para que salieran rápidamente de sus casas y en el informe de los bomberos se destaca la «celeridad» con que se propagó el siniestro. De hecho, este detalle hace pensar a los investigadores que quizás intervino algún acelerante. Sea como fuere, se vivieron momentos de gran intensidad y algunos vecinos del bloque afectado sufrieron ataques de nervios al pensar que iban a perder su vivienda. El 112 tenía previsto enviar a un psicólogo a Son Gibert, para atender a los afectados, pero al final se desechó esa posibilidad.
Varias ambulancias se desplazaron también a Son Gibert por si era necesario atender a alguna persona. Un hombre había inhalado humo y precisó de asistencia sanitaria, aunque no fue necesario que quedara ingresado en un centro hospitalario. Cuatro patrullas del Cuerpo Nacional de Policía se entrevistaron con los vecinos y una inquilina aseguró que los cuatro moradores del piso en llamas eran «okupas» que ya habían tenido problemas con ellos.
Los agentes se entrevistaron con estas personas, que explicaron que era habitual que en la casa hubiera velas encendidas, ya que no tenían electricidad. El fuego destruyó por completo el domicilio y otro colindante también se vio afectado por las altísimas temperaturas y el denso humo. Desde la calle, ya por la mañana, los desperfectos en el edificio rotulado con el número 12 eran visibles, sobre todo porque las ventanas del tercer piso habían reventado y el humo había ennegrecido la fachada.
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