La turista danesa fallecida fue arrastrada durante 400 metros en el torrente de Puigpunyent. Foto: Michels
JAVIER JIMÉNEZ ¿Qué está pasando? El cielo no da respiro. Cuando Palma se recuperaba del demoledor temporal de hace dos semanas un nuevo azote meteorológico, en forma de lluvias y tornados, vapuleó ayer parte de Mallorca. Una joven que iba en el coche con su hijo de dos años y su pareja murió arrastrada por el agua en Puigpunyent. Fue el peor desastre de otra jornada caótica, pero no el único. Inundaciones, semáforos averiados, carreteras cortadas, colapso circulatorio, apagones, tornados, colegios evacuados, conductores atrapados en sus vehículos anegados y sa Riera desbordada. En fin, una jornada negra. La estación intermodal también se inundó, así como la estación de Son Fuster Vell. Algo habitual ya. Esporles, Puigpunyent, Inca, Can Picafort, Santa Margalida sintieron la fuerza del temporal, además de Palma. La Conselleria d'Interior esta vez sí avisó de lo que se avecinaba. Después del bochorno del último temporal los servicios meteorológicos y de emergencias prefieren curarse en salud. Antes las gotas frías llegaban en septiembre; ahora el peligro acecha en octubre.
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