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«Es evidente que hay cambio climático. Se observan cambios notables en la distribución global de temperaturas y de precipitaciones». Así de contundente responde el profesor del departamento de Física de la UIB y miembro de grupo de Meteorología, Clemente Ramis, a la pregunta de si el cambio climático es una realidad o no.

Tanto Ramis como el profesor titular de Meteorología del departamento de Física de la UIB, Romualdo Romero, coinciden en destacar que Balears es una de las regiones más afectadas por el cambio climático.

En concreto, las Islas se encuentran a una latitud de unos 40 grados, una zona muy sensible, porque como consecuencia de esta magnitud de temperaturas las circulaciones atmosféricas van a aumentar de altitud. Por tanto, la influencia de los anticiclones subtropicales será mayor. Además, los últimos datos del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) del 2007 confirman un aumento de temperaturas y una disminución de precipitaciones en la zona del Mediterráneo.

En concreto, durante los últimos 30 años en Balears la temperatura media ha aumentado del orden de 1'5 grados. En lo que se refiere a las precipitaciones hay una disminución más concentrada en el norte de Mallorca y en Menorca, que en la zona sur de las Balears.

A pesar de que este año se están incrementando las precipitaciones, los especialistas advierten que no se debe confundir el tiempo con el clima. «Esto entra dentro de lo típico de este clima», puntualiza Romero. Por tanto, a pesar de las tormentas y las intensas precipitaciones que se han registrado durante este mes de octubre, no se puede asegurar que se esté produciendo un cambio de clima en el Archipiélago balear.

Ramis, asegura que los 'caps de fibló' que se han producido, tanto el día 4 de octubre como el 17 de este mismo mes, son fenómenos poco probables en Balears. «Se trata de sistemas organizados y muy difíciles de pronosticar». Además, manifiesta que es difícil predecir si se pueden producir con más intensidad o no. «Lo único que se puede apuntar es que si aumenta la temperatura de la superficie de la mar y el aire puede contener más vapor de agua, al tiempo que se dan más ingredientes para la formación de tormentas, es posible que se produzcan más».

Otra de las consecuencias que tiene el cambio climático es la elevación del nivel del mar, por lo que la extensión de las playas disminuirá. En concreto, en el Mediterráneo el nivel del mar ha aumentado varios centímetros en los últimos 20 años, pero los grandes variaciones se prevén para finales de siglo.