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La Audiencia de Palma ha confirmado íntegramente la sentencia dictada hace trece meses por la titular del Juzgado de lo Penal 1 que condenó a nueve conductores-cobradores de Autocares Andratx S.A. y Catalina Marqués S.A., a penas de seis a diez meses de prisión por apropiación indebida de recaudaciones y a indemnizar a las mercantiles -hoy absorbidas por Transabús S.A.- con las cantidades no entregadas en cada caso, que van desde 560 a 4.704 euros.

La sección primera de la Audiencia, encargada de dilucidar la apelación, tanto de las defensas por presunto exceso como de la acusación particular por presunta levedad, concluye que la sentencia dictada por la juez de primera instancia no muestra error patente ninguno y estuvo correctamente emanada de las declaraciones de acusados y testigos en el juicio.

Los hechos objeto de la ratificación judicial se remontan a los tres últimos meses del año 2000, cuando los condenados dejaron de entregar liquidaciones de jornadas de trabajo como conductores-cobradores de autobuses de línea Andratx-Calvià-Palma.

Conforme a la sentencia, a pesar de los requerimientos empresariales para que hicieran efectivas las liquidaciones, la apropiación de las mismas siguió siendo un hecho, lo que derivó en denuncia ante los tribunales.

Durante el juicio celebrado en septiembre de 2006, los condenados afirmaron haberlas entregado en su momento y ni siquiera admitieron algún retraso. En contradicción con sus manifestaciones, varias empleadas de la empresa declararon haber sido ellas quienes, sin presión alguna, pusieron la situación en conocimiento de los directivos y fijaron las liquidaciones que faltaban.

Incluso fue identificada en aquel plenario la autora del punteo y de las marcas en las relaciones de no presentación que se entregaron a los responsables de las mercantiles y se incorporaron al procedimiento.

En cuanto a la reclamación de penas más severas por la acusación particular, los magistrados rechazan que los condenados actuasen con un mecanismo complejo, sino que se limitaron a aprovechar en su provecho un anticuado sistema de control, pues la empresa no entregaba recibo contra el arqueo del dinero.