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JAVIER JIMÉNEZ A las 2.45 horas los agentes de la Guardia Civil se aburren en una noche monótona, sin guinda. Han montado un control en sa Pobla, muy cerca de Pollença, y paran a algunos conductores que les resultan sospechosos. Nada fuera de los normal, lo de siempre. Pero la noche siempre guarda sorpresas. Aparece en escena un todoterreno Suzuki Vitara con placas de matrícula 5776-BKL, con un potente motor. Dan el alto al conductor, de forma rutinaria, y el motor ruge.

Antonio M.F. está al volante. Es un delincuente tan precoz como habitual. Empezó sus andanzas muy jovencito y era un clásico en el centro de menores de Es Pinaret. Ahora ya no es niño, de hecho tiene 20 años, pero no ha cambiado. Ya suma 19 detenciones, casi tantas como años tiene. Y no está dispuesto a que lo arresten de nuevo. El Vitara, de color granate, lo ha robado a un vecino de Palma, que a esa hora todavía no lo sabe. Acelera bruscamente y casi se lleva por delante a los agentes del control de sa Pobla, que dan la voz de alarma.

Ha empezado una de las mayores persecuciones de los últimos años. Se dirige a Inca, a una velocidad temeraria, y allí le espera otro control, montado a toda prisa. 'Melenco', apodo de Antonio, no se ablanda. Se salta el segundo dispositivo de la noche y tira de la moto a un policía local que se había sumado a la cacería. Choca contra una patrulla de la Guardia Civil y enfila en dirección al Pont d'Inca.