TW
0

La agresión a una auxiliar administrativa del centro de salud de Son Gotleu, el pasado lunes, por parte de los padres de un niño porque les indicó que debían acudir a Son Dureta o al PAC de Son Roca ha provocado malestar entre los profesionales de los centros sanitarios de las Islas.

Así lo reconoció ayer el conseller de Salut i Consum, Vicenç Thomàs, quien mostró su más rotundo rechazo ante la agresión, afirmando que «quiero hacer una denuncia firme en contra de las agresiones físicas o psicológicas» que pueden sufrir los trabajadores de la sanidad pública balear y remarcó que «nunca ningún tipo de agresión está justificada».

El conseller Thomàs puntualizó que en el registro del IB-Salut se han contabilizado un total de 48 agresiones verbales o físicas de profesionales de la sanidad pública, de las que «sólo dos han sido denunciadas» ante instancias policiales, apuntó el titular de la Conselleria de Salut i Consum.

Thomàs recordó que en las Islas existe un protocolo de actuación para la prevención de este tipo de agresiones a los profesionales que trabajan en el ámbito de la sanidad pública, aunque también apuntó la necesidad de «reforzar» aspectos de estas actuaciones a fin de prestar un mayor apoyo y protección al personal sanitario o no sanitario de la Comunidad Autònoma.

El conseller dijo que hace pocos días ha tenido conocimiento de la primera sentencia referente a una agresión que sufrió un enfermero de la unidad básica de sa Indioteria. Según Thomàs el juez ha condenado a la persona que hizo la agresión «como autora de los delitos de atentado y de lesiones» con una pena de un año de prisión por el delito de atentado y medio año por el de lesiones. Sentencia que el conseller calificó de buena noticia ante un hecho que, insistió «no se tendría que haber producido nunca», apuntó el máximo responsable de Salut i Consum.