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La Guardia Civil sigue una nueva pista para averiguar el paradero de Ozana María dos Santos, la brasileña que desapareció el mes de marzo de 2006 en Inca, cuando contaba con 48 años de edad. La mujer salió de su piso del citado municipio, sobre las diez de la mañana, pero no regresó y desde entonces no se ha vuelto a saber nada de ella.

Durante todo este tiempo, los familiares y conocidos de la brasileña han pedido que no se olvide el caso. La Guardia Civil mantiene varias líneas de investigación abiertas y ahora ha solicitado colaboración para tratar de averiguar dónde estuvo Ozana el último día que fue vista, concretamente el 19 de marzo de 2006.

Ese día, la brasileña, que vivía en Mallorca desde hacía un año, salió de su piso, sobre las diez de la mañana, para asistir al cumpleaños de una niña. Su compañera de piso había comprado dos muñecas iguales en el mercadillo de Inca y Ozana le pidió que le vendiera una para regalársela a la niña.

Su amiga accedió y Ozana acudió con toda seguridad a ese cumpleaños. Según explican los investigadores de la Guardia Civil, esa niña sentía un especial cariño hacia Ozana, a la que llamaba «abuela», y la «abuela» Ozana compraba golosinas y caramelos y se los regalaba a la pequeña.

En un principio se pensó que la desaparecida podría no haber asistido a esta fiesta infantil, pero ahora se tienen indicios que hacen creer que sí estuvo en la celebración.

Los investigadores siguen esta pista para determinar el lugar donde se celebró el cumpleaños, y tratan de ponerse en contacto con el padre y la madre de esa niña, a fin de reconstruir los hechos y seguir los pasos de Ozana hasta el último día que fue vista con vida.

Por ello solicitan la colaboración ciudadana y ruegan a cualquier persona que pueda aportar cualquier dato al respecto que se ponga en contacto con la Policía Judicial de la Guardia Civil.

Por su parte, Suzanne María de Moura, una hija de Ozana que se desplazó a Mallorca tras la desaparición, sigue expectante las nuevas indagatorias encaminadas a resolver el caso. Suzanne, de 29 años, dejó a su marido en Brasil para centrarse en la búsqueda de su madre. La joven está completamente segura de que la desaparición de su madre no fue voluntaria y cree que alguien podría haberla asesinado.

La desaparecida Ozana María llegó a Mallorca en marzo de 2005. Estaba divorciada y tenía tres hijas. En su país había trabajado como cuidadora en un centro de discapacitados, pero ganaba muy poco dinero y quiso iniciar una nueva vida.

Le hablaron de la posibilidad de viajar a Mallorca y no se lo pensó. En la Isla empezó a trabajar en un club de alterne de Llubí y después pasó a otro de Inca. De este modo obtenía ingresos para vivir ella y su familia en Brasil, a quien enviaba entre 300 y 500 euros cada mes.

Al poco tiempo de estar en Mallorca Ozana se casó por conveniencia, ya que así obtuvo los papeles, aunque después siguió viviendo con dos amigas en un piso de Inca. El 19 de marzo fue vista por última vez y realizó una llamada a una de las amigas, pero la comunicación se cortó.

Desde ese momento el rastro de Ozana se perdió y se han realizado numerosas hipótesis. Entre ellas se baraja la posibilidad de que pudo quedar con algún cliente violento el día que desapareció sin decírselo a ninguna de sus amistades.

De momento continúan las gestiones y ahora una de las prioridades es saber si acudió a la fiesta de cumpleaños y hacia dónde se dirigió después o si ni tan sólo llegó a ese cumpleaños.