Al parecer, el informe apunta a una cadena de fallos, humanos o técnicos, como origen del accidente y relata los momentos previos al desastre conocidos después de que las cuatro cajas negras del aparato hayan sido analizadas. Éste es el relato de aquel vuelo que nunca llegó a despegar:
· El avión parte de Barcelona a las 8.55 horas de la mañana.
· El avión llega a Madrid procedente de Barcelona a las 10.13 horas del 20 de agosto, sin reportar ninguna incidencia. l En Barajas el avión reposta combustible: 10.130 litros de jet A-1, con lo que el peso de la aeronave en ese momento era de 64'3 toneladas, el 96 por ciento de la carga permitida.
· A las 13.06 horas el avión toma rumbo a la pista de despegue 36-L (la salida del vuelo estaba prevista a las 13.00 horas) en la Terminal 2 de Barajas. En ese momento, según quedó registrado en las cajas negras del aparato, los flaps (alerones móviles que sobresalen en la parte posterior de las alas para aumentar la superficie de empuje al despegar) estaban desplegados 11 grados.
· A las 13.25 horas se autoriza el despegue desde la torre de control.
· A las 13.26 horas los pilotos reportan a la torre de control la existencia de «un pequeño problema», por lo que debían «abandonar la pista». l El avión regresa al aparcamiento con todos sus ocupantes a bordo "166 pasajeros y 6 tripulantes" para que los técnicos revisaran la avería detectada: un excesivo calentamiento "hasta 105 grados centígrados" de la sonda de temperatura Ram Air Temperature (RAT). l El mecánico abre el interruptor del circuito eléctrico que conecta la calefacción de la sonda (que sólo debe estar en marcha durante el vuelo, para evitar que se forme hielo alrededor de la sonda), comprobando que la temperatura era normal. l El MD-82 carga 1.080 litros más de queroseno y a las 14.08 es autorizado de nuevo a iniciar la maniobra.
· La torre de control autoriza el despegue a las 14.23 horas y el avión regresa a la pista 36-L, marcando una temperatura de 30 grados en la sonda y con los flaps en su posición de cero grados, lo que pudo ser la causa del accidente. l El viento en ese momento era de 210 grados del suroeste y de escasa intensidad: cinco nudos (9'26 kilómetros por hora).
· A las 14.24 horas la tripulación avisa a la torre de control de que ha alcanzado la velocidad a partir de la cual debe despegar, porque ya es imposible frenar. l Los flaps no se habían desplegado, a pesar de lo cual ningún sistema de alerta (una bocina y una voz sintética) se activó para avisar al piloto, que recorría ya los 1.950 metros de pista porque al parecer el sistema estaba «en modo vuelo» y de esa forma los flaps deben estar recogidos. l Los sistemas de alerta se comprueban antes del primer vuelo del día, por lo que la tripulación debió comprobarla al salir desde Barcelona por la mañana, pero no volvería a hacerlo, así que no hubo ocasión de detectar el problema, aunque Boeing recomienda desde 1987 (cuando un accidente similar en Detroit alertó a la compañía) que la comprobación se realice antes de cada vuelo. l La nave permaneció unos segundos en el aire, logrando ascender sólo 12'2 metros (40 pies). l 15 segundos después se activa la alerta de que falta potencia para despegar. l 4 segundos después suena la voz sintética en cabina que dice «stall, stall», indicando la condición de pérdida aerodinámica. l La nave sufre un desvío leve hacia la izquierda, seguido de otro a la derecha de 20 grados, movimiento que se repite una vez más con mayor brusquedad (32 grados). l El MD-82 choca con el cono de cola y la punta del ala de estribor y recorre un kilómetro hasta estallar en el arroyo de la Vega.
· A las 14.26 horas se comunican los primeros datos al Centro de Operaciones de Barajas.
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