El detenido fue puesto ayer tarde a disposición judicial y después ingresó en la cárcel de Palma. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Palma, Ignacio Lope Sola, envió ayer a prisión al rumano Saba Datvas Ceres, el acusado de degollar a su novio en Palmanova. El ciudadano del Este sigue negando los cargos, aunque la autopsia ha descartado que la víctima se hubiera podido suicidar.

Datvas, que pertenece a una minoría étnica húngara y posee la nacionalidad rumana, ha pasado tres días en los calabozos de la Comandancia de la calle Manuel Azaña, pero no se ha derrumbado. En su declaración formal insistió en que él no era el asesino de su novio y reiteró que esa noche discutieron de forma acalorada por un asunto de celos, pero la disputa no fue a más.

Datvas presentaba manchas de sangre en sus ropas, pero ahora están siendo analizadas porque no se descarta que fueran de la lesión que presentaba en el labio. De hecho, los dos novios llegaron a las manos y Datvas resultó herido en la boca, tal y como reconoce.

El joven nacionalizado rumano fue quién acudió al bar donde acostumbraba a cenar con Torok Sabor, el muerto, y alertó de que su pareja estaba muy excitada y que temía que se pudiera autolesionar. Cuando llegaron al rellano de los apartamentos «Las Palomas I» se encontraron el cuerpo degollado de Torok, sobre un gran charco de sangre. El cuchillo estaba a pocos metros y fue requisado, como prueba clave.

Datvas fue arrestado allí mismo y desde el primer momento sostuvo que era inocente. Fuentes policiales indicaron que existían ciertas similitudes entre los dos últimos crímenes registrados en Mallorca, el de es Figueral y el de Palmanova. En ambos las víctimas son la pareja sentimental del acusado y en ambos es el presunto asesino quien pide ayuda. También en los dos casos se da la circunstancia de que los acusados niegan de forma categórica ser los autores de las muertes de sus parejas. Tanto en es Figueral como en Palmanova no hay testigos directos, sólo vecinos que escucharon ruidos o gritos de pelea.

La Policía Judicial está analizando las huellas que se hallaron en el cuchillo con el que fue degollado Torok Sabor. Si aparecen las impresiones dactilares de su novio, el acusado del crimen, quedaría muy claro que fue él quien le quitó la vida de aquella forma tan violenta. Se trataría, pues, de la prueba clave del caso. Los resultados se conocerán en breve.