Antoni Tugores, directivo del Mallorca, a su llegada a los juzgados. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ El abogado Antoni Tugores, directivo del Mallorca y prestigioso letrado especialista en siniestros de tráfico, y un policía local de Palma han sido detenidos por amañar un atestado de un motorista que quedó en coma, supuestamente para engañar a la compañía aseguradora y cobrar una cantidad millonaria. Los dos acusados pasaron ayer tarde a disposición judicial y quedaron en libertad con cargos.

El pasado 26 de abril, a las dos de la madrugada, un motorista perdió el control en la calle Joan Ripoll Trobat, de Palma. Cayó sobre la calzada y se golpeó la cabeza contra varios coches estacionados. El joven quedó en estado de coma y fue evacuado en ambulancia hasta Son Dureta, donde pasó un mes y medio en fase comatosa. La madrugada del accidente el policía local José Antonio R.S., conocido como 'Rodri', instruyó el informe, acompañado de otro compañero. En el atestado se concluyó que la caída de la moto había sido casual y que, en consecuencia, no había otros vehículos implicados. De esta forma, la víctima que estaba en coma no tenía derecho a una indemnización.

Los meses pasaron y el informe policial quedó custodiado en el cuartel de San Fernando, como es preceptivo en estos casos. Las primeras sospechas surgieron hace unos días, cuando José Antonio pidió recuperar el informe para revisarlo. Se trata de un procedimiento anómalo, que llamó la atención del policía que lo atendió.

Sospechas
El tema se complicó cuando el domingo día 19 compareció en el cuartel de la Policía Local y aseguró que quería modificar el parte del accidente, porque había un testigo que había visto un coche que cerraba el paso del motorista. Ana P., la hermana, prestó declaración y después hizo lo mismo Cristian C., un amigo de la familia. De repente, había un conductor fugado y la investigación daba un vuelco: el joven en coma podía acceder a una importante indemnización. Sin embargo, los datos sobre el supuesto conductor implicado eran muy vagos, sólo había un color de chapa y parte de una matrícula.

Un oficial empezó a sospechar que se intentaba amañar un atestado para cobrar del seguro y puso los hechos en conocimiento del