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Irineo Villarroel vive en el 3º B del número 3 de la calle Sant Llàtzer, frente al piso donde el sábado por la noche murió una mujer al incendiarse su dormitorio. Irineo fue de los primeros en percatarse del incendio y trató de auxiliar a su vecina, aunque fue imposible porque no pudieron abrir la puerta blindada. «Mi mujer olió a quemado, salimos a la escalera y en el piso de enfrente olía más, al mover la puerta empezó a salir humo por el marco y la mujer que vivía allí no respondía», explicó ayer Irineo, quien añadió: «Intentamos tirar la puerta dándole golpes hasta con una bombona de butano, pero no hubo manera de abrirla hasta que llegaron los bomberos».

La mujer fallecida, de nombre María Díaz, y unos 85 años de edad, vivía sola desde hacía unos 17 años, cuando enviudó, no tenía hijos y de forma periódica recibía la visita de una sobrina, según explicaron sus vecinos y conocidos. Últimamente otra señora le ayudaba a limpiar la casa y sólo bajaba para comprar porque tenía problemas para caminar debido a su edad.

El sábado por la noche falleció en su dormitorio a causa de un incendio. El cadáver fue hallado en el suelo, en el pequeño espacio que quedaba entre la cama y los muebles que había junto a la pared. La policía precintó el piso e investiga las causas. Como hipótesis se baraja el fallo de algún aparato eléctrico, estufa o vela que hubiera junto a la cama y los muebles o sobre éstos.