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El ex presidente de la EMT Àlvaro Gijón lamentó ayer que los autobuses que se donaron al pueblo peruano de Chinchero nunca llegaran a su destino. Gijón recordó que otras operaciones similares con autobuses solidarios en Cuba, Senegal o el Sáhara tuvieron un final satisfactorio, pero en el caso de Chinchero hubo mala suerte.

Gijón explicó que el Ajuntament cedió los 14 buses de la EMT al pueblo peruano y se comprometió a embarcarlos hasta Barcelona, al llegar a un acuerdo con la compañía Iscomar. A partir de entonces, la operación tenía que ser gestionada por los beneficiarios. En Chinchero se hizo una colecta de 102.000 dólares para pagar el traslado de Barcelona a Perú, y el dinero se ingresó en una cuenta del consulado de Perú en Palma.

El ex presidente de la EMT añade que a partir de Barcelona empezaron los problemas, porque «los autobuses salieron de Palma funcionando correctamente, de hecho entraron en marcha en el barco, pero en Barcelona empezaron un cúmulo de fatalidades». «Supongo que cogieron la naviera que más les convenía económicamente, pero ésta quebró a mitad del traslado y la tuvieron que coger otros consignatarios», añade el ex presidente de la EMT.

A raíz de la quiebra, los buses se desembarcaron en Baltimore. Durante el traslado los vehículos sufrieron graves daños y al estar más de un año parados en el puerto de Baltimore, sin mantenimiento y expuestos a todo tipo de golpes quedaron prácticamente inservibles. «Nosotros nos ofrecimos a enviar técnicos para ver lo que había pasado con los buses, pero nosotros no teníamos presupuesto para repararlos y ellos nos dijeron que tampoco tenían dinero para arreglarlos», agregó Gijón.