La madre del embrión es una inmigrante camerunesa llamada Evelyn, de 35 años de edad. Se encuentra legalmente en Mallorca y vive con su madre, su hermana y sus tres hijos, cerca de la calle Arenal, donde apareció el feto. La colaboración del regidor del ayuntamiento que controla la red de alcantarillado de Can Picafort fue clave para la resolución del misterio.
El político aportó unos planos a la Guardia Civil en los que se apreciaba que la alcantarilla donde se halló el embrión recogía las aguas de dos edificios próximos. Así pues, la búsqueda se acotó a esas fincas.
Todos los agentes disponibles realizaron un informe con las mujeres en edad fértil y, una a una, fueron llamadas por los investigadores para someterse a la prueba de ADN. Una de ella fue Evelyn, que en un primer momento no dijo nada de lo ocurrido y aceptó voluntariamente el trámite.
Sin embargo, cuando los agentes se marchaban de su casa acudió rápidamente a la puerta y dijo que quería contarles algo. Fue entonces cuando se derrumbó. Estaba muy asustada, al parecer porque pensaba que el asunto podía suponerle su expulsión de la Isla, y ofreció versiones contradictorias. Primero indicó que no sabía que estaba embarazada. Después reconoció que había arrojado el feto por el Wáter de su casa, aunque la interrupción del embarazo había ocurrido de forma accidental, no voluntaria.
Los funcionarios realizaron una inspección ocular en la vivienda y después citaron a la mujer, que carece de antecedentes policiales, para el día siguiente en el cuartel de la Guardia Civil de Pollença. La inmigrante se presentó ayer por la mañana en las dependencias policiales y fue detenida por un delito de aborto ilegal. Sin embargo, no quedó recluida en los calabozos por cuestiones humanitarias. Mañana lunes se le efectuará la autopsia a la criatura que apareció muerta en la alcantarilla.
El caso del feto conmocionó el viernes a los vecinos de Can Picafort, que ayer destacaron casi de forma unánime la brillante actuación de la Guardia Civil, que esclareció el misterio en sólo unas horas. Afortunadamente, el número de mujeres que residen en esta época del año en los dos edificios inspeccionados es muy inferior a la que se registra en verano, cuando llegan masivamente turistas a la primera línea de Can Picafort.
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