Por la mañana los dos hermanos fueron entrevistados por Carlos Durán en 'Ultima Hora-Punto Radio'. Foto:A.SEPÚLVEDA

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«De cabecillas de los Bling Bling nada de nada. Ni siquiera formamos parte de esa banda, todo es una etiqueta que nos han puesto». Los hermanos Misael y Miqueas Tucent Ciprian, dominicanos afincados desde hace nueve años en Mallorca, rompieron ayer su silencio, primero en los micrófonos de Ultima Hora- Punto Radio y por la tarde en la redacción de Ultima Hora.

Los dos caribeños fueron detenidos por primera vez a raíz del conflicto de Son Oliva, el primer estallido grave entre bandas registrado en Mallorca. «Yo había estado trabajando y cuando fui allí, para interesarse por mi hermano y por lo que había ocurrido, me tomaron mis datos. Al día siguiente me citaron en la Jefatura y me detuvieron, cuando yo ni había estado en aquella pelea», se queja Misael. De aquellos incidentes hace ya dos años, pero recientemente el joven dominicano, que trabaja como mestre d'Aixa en Palma, se vio implicado -«sin quererlo», matiza él- en otro grave suceso. Un policía fue brutalmente agredido en una discoteca de Gomila el pasado 31 de diciembre, de madrugada. Hace dos semanas el Cuerpo Nacional de policía dio por aclarado el caso y arrestó a seis supuestos miembros de los Bling Bling, entre los que estaban de nuevo los dos hermanos Tucent.

«Es cierto que yo estaba con mi novia y unos amigos en ese local esa noche, pero en cuanto nos dimos cuenta de que había una pelea salimos a la calle. Nos alejamos y no supe más de esa historia, hasta que el día 17 de enero me detuvieron de nuevo», añade Misael, que tiene 21 años. Pasó varias noches en los calabozos y luego quedó en libertad con cargos, pendiente de juicio. «He tenido mucha suerte porque en mis dos trabajos, cuando lo de son Oliva y ahora con lo de Gomila, mis jefes sabían cómo era y que no era ningún jefe pandillero. Sino podría haber perdido los empleos», apunta.

Para Misael, podría haber algo de racismo «en tanta persecución y encono con nosotros». El joven denuncia que cuando se juntan un grupo de dominicanos o sudamericanos «ya nos ponen la etiqueta de bandas y siempre aparece la policía, para identificarnos. Yo he optado por ir solo o con mi novia, porque si no sé que puede haber problemas».

«Son Oliva fue mi desgracia, allí me ficharon por una historia en la que ni siquiera había estado presente y luego, siempre que hay un problema con pandilleros dominicanos, recurren a mi ficha policial. Me como todos los marrones, y mi hermano igual». Miqueas, de 23 años, ingresó en prisión por aquel enfrentamiento multitudinario, pero también proclama su inocencia.

«Lo que se cuenta es que el policía pegó a un menor y que luego el hermano del chaval le dio. Pero eso es lo que dicen, porque yo la supuesta paliza no la vi, salí fuera de la discoteca porque no quería problemas», afirma el dominicano. El agente apaleado sufrió lesiones severas y denunció también que le sustrajeron 600 euros y un teléfono móvil Iphone. «Mucho dinero para llevar encima en una discoteca el día 31 de enero, ¿no?», ironiza el carpintero. Algunos de los detenidos por esta última agresión, aunque no los hermanos Tucent, ya estuvieron implicados en la muerte violenta de Eusebio Ebulabate, el menor guineano apuñalado en la calle Blanquerna. «Por el homicidio de ese chico también vinieron los agentes a mi casa, a hacerme algunas preguntas», recuerda Misael.