El prófugo mallorquín ha ingresado en la cárcel de Palma tras su huida a Alemania.

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La Polizei alemana ha detenido en aquel país a un mallorquín buscado por la Guardia Civil de Palma por supuestos abusos sexuales a tres niñas. Los investigadores llevaban más de un año tras la pista de E.B., de 55 años, que ya ha sido extraditado y ha ingresado en la cárcel de la carretera de Sóller.

En el 2008 la madre de dos de las víctimas acudió a la Guardia Civil para denunciar que las menores estaban sufriendo abusos sexuales por parte de su pareja sentimental. El caso pasó al EMUME (Equipo de la Mujer y del Menor) y el Juzgado de Instrucción número 6 de Palma también abrió diligencias. Las menores afectadas tenían 6, 8 y 11 años de edad. Dos eran hermanas y la tercera estaba emparentada con las primeras.

El principal sospechoso, que estaba plenamente identificado porque era el novio de la denunciante, desapareció y eludió el cerco policial, que fue intenso durante los primeros días. La investigación, sin embargo, siguió su curso y los agentes llegaron a la conclusión de que el sospechoso había abandonado la Isla.

Poco después se tuvo conocimiento de que podía estar en un país europeo, casi con toda seguridad en Alemania, y los agentes de la Benemérita se pusieron en contacto con las autoridades policiales de aquel país, a través de Interpol. Les facilitaron toda la información referente al caso de los abusos sexuales y siguieron indagando desde Palma para dar con el paradero de E.B.

Hace unas semanas los funcionarios policiales tuvieron noticias de que el prófugo mallorquín había dado un paso en falso en Alemania y el cerco se empezó a estrechar. Los policías de aquel país llevaron a cabo una serie de comprobaciones y recientemente procedieron a su detención.

E.B. fue puesto a disposición judicial y el juez fue informado de que las autoridades españolas solicitaban su extradición.

El magistrado germano valoró su situación, y los cargos que pesaban sobre él, y accedió a la extradición a España.

El mallorquín llegó hace poco a la Isla, custodiado por agentes alemanes, e ingresó directamente en la cárcel de Palma, a la espera de que se celebre el juicio contra él.

Los abusos sexuales a las tres menores consistían en tocamientos y también en felaciones, según declararon las propias víctimas en su exploración ante los agentes. Las niñas temían contar su experiencia porque estaban amenazadas y pensaban que iban a sufrir represalias.