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JULIO BASTIDA Desalojo de un Ayuntamiento, disuasión de un botellón, escoltar a un árbitro de fútbol, garantizar la seguridad de un alcalde en un acto público, actuaciones policiales en fiestas patronales y desahucios son sólo algunos ejemplos de situaciones reales a las que deben enfrentarse los agentes de las diferentes policías locales de Balears.

Para tal efecto, bajo la organización del sindicato policial del CSI-F, unos 40 agentes de policía de Mallorca participaron en un curso de técnicas de prevención para el control de masas, es decir, los conocidos agentes antidisturbios.

Los participantes han sido instruidos para responder correctamente en situaciones de riesgo. Supuestos legales, funciones de actuación, utilización de medios materiales y humanos, de disuasión, así como de entrenamiento en el control de zonas y personas.

Fuentes sindicales aprovecharon la ocasión para exigir a los ayuntamientos una mayor dotación de material y formación a sus agentes. «Es lamentable el comprobar cómo hay policías que se ven envueltos en una batalla campal y su única protección en una gorrita de visera. Seamos serios, por lo que vale un equipo básico de protección sería recomendable que todos los cuerpos de seguridad contasen con personal formado y material adecuado», comenta un dirigente sindical del CSI-F.

«Muchas instituciones están equivocadas. Un equipo de protección formado por un casco antidisturbios, una defensa y un escudo de protección tiene un coste no superior a 200 euros por agente», afirma Jaume Garí, responsable del CSI-F de Balears.

Uno de los elementos disuasorios más importantes es el fusil de lanzamiento de bolas de goma del calibre 68. Un arma capaz de lanzar 700 bolas en menos de un minuto.

Los agentes participantes se mostraron muy satisfechos de la efectividad del curso.