La Policía Judicial de la Guardia Civil detuvo ayer, nada más desembarcar en el puerto de Palma, a un ciudadano austríaco que pasa temporadas en Mallorca por almacenar pornografía infantil. El supuesto pederasta será puesto a disposición judicial en las próximas horas.
El caso se descubrió de forma casual, cuando un matrimonio que da de comer a sus gatos en la casa de Cala Millor que posee el austríaco abrieron un armario. Habían percibido un olor rancio, y pensaron que podía haber comida caducada o algún animal muerto en el interior. Sin embargo, se encontraron más de 130 CD sospechosos. Los conectaron a un DVD y comprobaron, muy impactados, que se trataba de pornografía infantil, algunos con imágenes de gran crudeza.
Los dos trabajadores llegaron a la conclusión enseguida de que no se trataba de algo accidental, sino que todo ese material ilegal había sido descargado de internet a través de redes pedófilas. Fue entonces cuando salieron de la casa y se dirigieron a Palmanova, donde residen. Allí, acudieron al cuartel de la Guardia Civil y presentaron una denuncia contra el supuesto pederasta, explicando todos los detalles del hallazgo casual de la pornografía infantil.
Los agentes identificaron al austríaco y descubrieron que ayer por la mañana regresaba a Mallorca en barco. Cuando desembarcó en el puerto palmesano unos funcionarios lo separaron del resto del pasaje y le comunicaron que quedaba detenido, por descargar y difundir imágenes pornográficas de menores desde internet.
El acusado, que tiene 30 años de edad y cuyas siglas son H.D.S., será puesto a disposición judicial en las próximas horas. Lo más probable, como ocurre casi siempre con los pederastas que descargan vídeos de niños, es que quede en libertad con cargos, a la espera de juicio.
Los funcionarios se desplazarán en breve a su casa de Cala Millor para llevar a cabo un exhaustivo registro, en busca de más material ilegal pornográfico. También está previsto que el Emume (Equipo de la Mujer y del Menor) le intervenga el ordenador, para analizarlo y determinar con qué otros pedófilos mantenía contacto o que páginas prohibidas visitaba. Todos los ordenadores, portátiles o de sobremesa, tienen una dirección IP, que permite a la Guardia Civil y a la policía descubrir quién se conecta a determinadas webs y quién se descarga pornografía infantil. Casi siempre es sólo cuestión de tiempo que los pederastas de internet acaben cayendo.
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