Se llama Víctor, tiene 27 años de edad y en la madrugada del sábado al domingo vivió una de las peores pesadillas de su vida.
Los hechos se remontan a las cinco de la madrugada, cuando la víctima se encontraba junto a un amigo suyo y dos chicas más en la pista de baile del pub 'El que faltaba', sito en el Passeig Marítim de Palma.
En un momento de la noche, según refleja la denuncia presentada ante la policía, entraron un grupo de jóvenes de unos 25 años de edad y bastante 'fibrados' y la emprendieron a golpes, sin mediar palabra, contra los dos amigos.
«Yo estaba en la pista y en un momento dado pude ver como un chico le propinaba un golpe a mi amigo. Me dirigí hacía él y noté como alguien me agarraba por detrás mientras que otro me dio un puñetazo en la cara que me dejó totalmente inconsciente y tirado en el suelo. Lo peor estaba aún por llegar. Yo estaba tirado en la pista y, según me cuentan varios testigos, porque yo estaba inconsciente, me comenzaron a propinar patadas a la altura del rostro sin cesar y sin que yo me pudiese proteger la cabeza», añade el joven.
Una de las chicas que estaba con las víctimas acudió rápidamente en búsqueda del portero del pub que se encontraba en la puerta de acceso para que interviniese y detuviera la brutal agresión.
Acto seguido se procedió a llamar a la policía, pero los supuestos agresores ya se habían marchado a la llegada de los agentes policiales.
«Yo no me acuerdo mucho, pero mi amigo dice que quien me pegó debía ser un chico que se mueve por los gimnasios, porque sabía muy bien golpear. Piensa que de un puñetazo me dejó sin sentido», relata.
Rápidamente se desplazaron hasta el lugar de los hechos varias ambulancias medicalizadas del 061 y numerosas dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía que se hicieron cargo de la investigación.
Dos días más tarde, una vez algo recuperado, el joven se personó en las dependencias policiales para realizar la pertinente denuncia por lesiones graves.
Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Palma, el Grupo de Homicidios se ha hecho cargo de la investigación y no se descarta que en los próximos días se efectúen detenciones.
«Desde que sucedió la agresión no he podido ir a trabajar. Mi puesto de trabajo es de cara al público y no es plan que los clientes me vean con la ceja partida, el ojo amoratado, la nariz desviada y con dos dientes menos. El lunes me tienen que operar y la recuperación puede prolongarse bastante. No entiendo por qué hay gente que se dedica a ir por los bares y discotecas pegando a la gente. Si yo le hubiera hecho algo o me conociesen lo podría entender, pero es la primera vez que los veía», concluye.
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