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AGENCIAS -L´AQUILA
Los saqueadores han hecho su aparición en varias localidades de la región de Los Abruzos sacudidas por el terremoto del pasado lunes, por lo que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha afirmado que está dispuesto a enviar al Ejército a la zona para combatirlos.

«El ministro (de Defensa Ignazio) La Russa ya ha dicho que está listo para enviar al Ejército a contrarrestar el fenómeno de los saqueadores», que demuestran «una falta absoluta de valores», dijo Berlusconi, quien ha acudido por tercera jornada consecutiva a la ciudad de L'Aquila. El primer ministro también ha pedido a los desplazados por los terremotos que se lo tomen «como un fin de semana de cámping».«Id hacia la costa, es Pascua, tomaos unos días, que pagamos nosotros», recomendó el primer ministro a los afectados mientras visitaba uno de los campamentos que han sido levantados por la Protección Civil en la zona de la tragedia.

La policía italiana detuvo a dos supuestos saqueadores en posesión de 80.000 euros en la localidad de Onna, próxima a L'Aquila y una de las más afectadas por el terremoto.

Según el balance oficial ofrecido por Berlusconi, son ya 260 las víctimas mortales del terremoto, de las que 16 son niños, y hay además mil heridos (cien en estado grave), así como cerca de 28.000 personas sin hogar. Los cadáveres continúan siendo recuperados de entre los escombros de L'Aquila y, así, los cuerpos sin vida de cuatro jóvenes han sido rescatados esta tarde, dos de ellos de una vivienda derruida y otros dos de la Casa del Estudiante. Las autoridades afirman ahora que las probabilidades de encontrar supervivientes son ya prácticamente nulas.

Mientras tanto, los cerca de 28.000 evacuados por el seísmo se disponen a pasar la tercera noche fuera de sus casas, a la espera de que el suelo deje de temblar. Poco a poco los servicios de Protección Civil y los voluntarios que han acudido a la zona del desastre están convirtiendo los campamentos de tiendas de campaña en pequeñas ciudades, con sus servicios correspondientes como baños y comedores para evitar que los refugiados hagan colas a la hora de recibir la comida.