Jakelin leyendo el ejemplar del periódico de ayer. Foto: G.PICÓ-UH-INCA

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Yakelin Yolanda P.Y., la jefa de enfermería y auxiliares de la residencia Crist Rei de Inca detenida por las presuntas irregularidades, quiso explicar ayer lo ocurrido «porque se están diciendo muchas cosas, quiero que se limpie mi nombre y que todo el mundo sepa cómo funcionaba el geriátrico».

En primer lugar, Yakelin Yolanda, a quien todos conocen por 'Yaki', quiso agradecer a los auxiliares de la geriatría «todo el trabajo que han realizado, que en mi opinión es excelente, aún existiendo un gran déficit de personal».

Yakelin ha sido la supervisora de enfermería y auxiliares desde que se inauguró la residencia, a mediados de enero de 2007. El jueves, tras declarar en el juzgado de Inca y quedar en libertad con cargos, le comunicaron que había sido despedida.

Respecto a la situación actual del geriátrico, Yaki afirma: «Hay setenta internos, entre centro de día y residentes. De ellos hay 12 que se valen por sí solos, que sólo hay que vigilarlos. Hay dos en silla de ruedas que están mentalmente bien, pero hay que ayudarlos para ir al baño, moverse o levantarse de la cama. Todos los otros necesitan supervisión porque son dependientes totales, no se pueden valer por sí mismos y hay que ayudarles en todas las actividades de la vida como vestirse, desvestirse, comer, cenar, en fin, para todo».

Yaki niega que se hayan registrado situaciones de malos tratos, aunque reconoce que puede que no se hayan dado los cuidados adecuados en algunos casos. «Sería incapaz de maltratar o hacer daño a ningún abuelo, se merecen todo mi respeto, pero entiendo las denuncias que han puesto algunos familiares y es normal que estén heridos, porque se ha creado un clima total de desconfianza, ya que no se han dado respuestas claras por parte de la dirección a las personas que se han quejado».

Al respecto, la supervisora asegura que las posibles deficiencias en la atención a los usuarios se deben fundamentalmente a la falta de personal: «Para atender a todos los internos, por la mañana, de 08.00 a 15.00 horas, hay siete auxiliares, una coordinadora y un médico. En el turno de tarde, de 15.00 a 22.00 horas hay cuatro auxiliares, una coordinadora y una doctora, pero ésta sólo de 15.00 a 18.00. Por la noche, de 22.00 a 08.00 hay dos auxiliares y una enfermera». «Hay casos como el de una señora con obesidad mórbida, que para moverla es necesario que haya cuatro auxiliares, si un señor se cae y vamos tres o cuatro a ayudarlo, quién vigila al resto de los internos, he denunciado muchas veces la falta de personal, por ello no se podía dar el trato adecuado, y eso que quiero recalcar que los auxiliares, que cobran 710 euros al mes, son unas personas excelentes», añadió.

En relación a la acusación de deficiencias en la administración de medicamentos, Yakelin asegura que «siempre se han dado en el tiempo y espacio que tocaba y no he dado ninguna orden para medicar a los internos para dormirlos».

En tercer lugar, sobre la imputación de falsificación de recetas, Yakelin admite que tenía en su poder el sello del médico «porque la directora me lo dio para que lo guardara en mi despacho, cosa que ella ahora niega, ella se quedó con el de la doctora y a mí me dio el del médico porque se perdieron varias cosas y no queríamos que desaparecieran los sellos, no era cuestión de que entrasen y saliesen los sellos del geriátrico, tenían que estar aquí por si hacían falta, por ejemplo en caso de defunción había que tenerlos a mano, pero no hay ninguna firma mía ni falsificación por ninguna parte».

Yakelin espera que la investigación aclare la situación del geriátrico y se depuren todas las responsabilidades: «Desde que se abrió esta residencia a mí me han echado la culpa de todo, de la lavandería, de la cocina, no he hecho más que trabajar, es cierto que hay varias denuncias, pero también hay mucha gente que puede testificar a mi favor». «Si la investigación dice que soy culpable que me pongan el castigo que me corresponda, pero es incoherente que yo sea la culpable de toda la mala gestión, aquí hay médicos, está la directora y los responsables de la empresa concesionaria que algo tendrán que ver si se demuestra que las cosas se han hecho mal», concluye.