El alijo intervenido por la Guardia Civil en las dos casas del Port de Pollença. FOTO: OPC

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Medio año de investigación, dos pisos francos desarticulados y cinco detenidos. Ése es el resultado de una gran operación de la Guardia Civil contra el tráfico de sustancias estupefacientes en el Port de Pollença.

De acuerdo con los datos facilitados por la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Palma, en el pasado mes de diciembre la Guardia Civil empezó a recabar informaciones y quejas que apuntaban a la venta más o menos masiva de drogas en calles próximas a las zonas de ocio nocturno del Port.

Los agentes abrieron una investigación y comenzaron a realizar seguimientos y vigilancias discretas en la zona, a algunos sospechosos.

Complicado

La clave del dispositivo radicaba en la discreción con que se estaba llevando a cabo y los seguimientos fueron complejos porque era preferible avanzar más lentamente a que los narcotraficantes descubrieran que estaban siendo vigilados. La Benemérita tomó declaración a numerosos consumidores, que reconocieron que habían adquirido sustancias estupefacientes en dos pisos del Port. El cerco se fue estrechando y el jueves por la mañana el cuartel de Pollença ordenó la irrupción en los dos inmuebles. Un juzgado de Inca estaba al tanto de las pesquisas y autorizó la entrada en las dos casas.

La sorpresa fue total y los moradores fueron sorprendidos con el material que estaban vendiendo. En total los funcionarios se incautaron de 800 gramos de marihuana, preparada en dosis, cinco gramos de cocaína, una balanza de precisión y 2.650 euros en metálico, procedentes supuestamente del narcotráfico.

Los detenidos responden a las siguientes identidades: Manuel L.M., de 51 años; María Carmen S.N., de 48; Alejandero L.S., de 24; el ciudadano colombiano Juan Carlos R.E., de 37, y la chilena Katherine Mariuska N.L., de 24. Todos ellos serán puestos a disposición judicial en las próximas horas, acusados de un delito contra la salud pública.

Según la OPC, los dos puntos de venta de droga desarticulados eran «muy activos» y eran muchos los consumidores que acudían a distintas horas del día para adquirir drogas blandas y también duras.

Precavidos

Los inquilinos de los dos pisos asaltados adoptaban precauciones para no ser sorprendidos con las sustancias estupefacientes en su poder, lo que supuso una dificultad añadida a la operación.