El juicio se celebró en enero de 2007 en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma. Foto: E.L.V.

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El Supremo ratifica punto por punto la condena de la Audiencia Provincial contra trece miembros de una banda que introducía droga en Mallorca. En total, las condenas impuestas suman 71 años de prisión, a los que hay que sumar una multa que, en global suma 2.350.000 euros.

Los condenados fueron juzgados por la Sección Segunda en enero de 2007. En total, comparecieron en ese macro juicio 17 personas. Faltaron ese día el cabecilla de la banda y otro de sus cómplices, ambos huidos, y otro que había muerto en un tiroteo. La banda bien organizada, empleaba tres procedimientos para introducir cocaína en Mallorca. El primero era el uso de correos que tragaban balas de droga e intentaban franquear los controles aduaneros en el aeropuerto de Son Sant Joan. El segundo utilizaba Barcelona como via a través de uno de los acusados. El más innovador era el tercero. La banda cargaba droga en transportes de pescado en Barcelona que se descargaban en Mercapalma. El destinatario de estos envíos era un pescadero mallorquín, cuya empresa del Mercado del Olivar servía como tapadera para recibir la mercancía.

La banda fue desarticulada en el año 2005 por la policía. Tras la denuncia de una de los miembros de la banda, se realizó una investigación que rastreó más de 15.000 llamadas telefónicas. Precisamente esos 'pinchazos' fueron el motivo de los recursos presentados por varias de las defensas de los acusados ante el Supremo. El Alto Tribunal rechaza este argumento ya que: «Se trata de una organización estable de ciudadanos dominicanos, habitualmente armados ante la necesidad de protegerse de un previsible ajuste de cuentas. De ahí que la proporcionalidad de la medida es incuestionable».

La Policía también sorprendió en las investigaciones a varios miembros de la banda con droga en su organismo. Una de las 'mulas' empleadas llegó a llevar 76 paquetes de cocaína en su cuerpo con un cerca de un kilogramo de la sustancia. Así, cuatro fueron detenidos de una vez en Son Sant Joan con un paquete de droga impregnado de 'Vikcs Vaporub' para ocultar el olor a los perros antidroga.

La pena más dura de cárcel es para el pescadero que centralizaba los envíos de droga. Para él, la condena asciende a diez años de prisión por un delito contra la salud pública. La sentencia, eso sí, le aplica el atenuante de grave drogadicción. Otros tres de los acusados recibieron penas de nueve años de cárcel, también por tráfico de drogas. Tanto éstos como el comerciante tendrán que pagar el grueso de la multa, con más de 600.000 euros por cabeza. El resto de los acusados fueron considerados culpables también de tráfico de drogas, pero con menores penas de prisión, que van de seis a tres años.