«Fue una paranoia que me dio de las pastillas». El hombre condenado por un delito de lesiones graves contra su compañera de piso justificó lo ocurrido en la ingesta de drogas. El acusado, de 25 años de edad, aceptó una pena de cinco años de cárcel y una orden de alejamiento de quince años respecto a la víctima de la agresión.
En mayo de 2007, el agresor y la víctima compartían piso en la calle Alfonso el Sabio de Palma. La joven dormía cuando su compañero la agarró por el cuello. Según contó ayer la víctima en el juicio: «Me desperté al notar que me ahogaba. O me lo quitaba de encima o me mataba él a mí».
En el sofá
La agredida no recordaba el golpe con el martillo. «Había sangre por toda la habitación», manifestó.
Después de la agresión, la reacción del condenado fue extraña. Se limitó a sentarse en el sofá del salón y puso la televisión. La víctima contó que, aunque intentó hablar con él, en ningún momento contestó. Los agentes de la Policía Nacional que acudieron a la llamada de la víctima se encontraron al acusado en la misma posición.
En un primer momento, la Fiscalía había calificado los hechos como de tentativa de asesinato. Sin embargo, el fiscal Julio Cano rebajó la calificación a lesiones graves y ajustó la pena de diez a cinco años de prisión. El abogado defensor aceptó esta calificación. El acusado tiene múltiples antecedentes por delitos graves como agresión sexual, robo con fuerza y de descubrimiento y revelación de secretos».
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