Policías locales y nacionales acuden en apoyo de los dos agentes con problemas en el prostíbulo de la carretera de Valldemossa. Foto: VASIL VASILEV

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La temperatura nocturna en un prostíbulo ya es de por sí elevada, pero la que se alcanzó el domingo por la noche en un conocido club de alterne de la carretera de Valldemossa estuvo apunto de reventar el mercurio. Dos agentes de la Policía Local fueron retenidos en el gigantesco establecimiento cuando pretendían paralizar la actividad en el interior, donde se celebraba una fiesta con 500 personas. Todas las patrullas disponibles del 092 y del CNP acudieron a rescatar a los funcionarios y se detuvo a dos implicados.

A las diez de la noche una unidad de la Patrulla Verde se desplazó a Dolce Vita, en el número 159 de la carretera de Valldemossa, para realizar una inspección y clausurar la actividad. Según el informe policial, los encargados respondieron que «no vamos a parar nada» y añadieron que los agentes no podían entrar en la finca. Uno de los policías pidió refuerzos y uno de los responsables del local gritó: «Cerrad las barreras, cerrad las barreras», para impedir la salida de los funcionarios. Sin embargo, los refuerzos ya estaban de camino y cuando llegaron un mando advirtió a los porteros que estaban reteniendo a dos agentes de la Ley y que se trataba de una acción muy grave.

Tras algunos forcejeos e insultos, Óscar León G.H. de 36 años, y Winrich Antonio P.M., fueron detenidos y los policías advirtieron al resto de porteros -«diez hombres de gran envergadura», según el informe- que se calmaran o también acabarían arrestados. El gran despliegue policial aplacó los ánimos y enfrió la fiesta, que no llegó a bacanal.