Los equipos de emergencia colocaron barreras de contención para controlar vertidos. Foto: MICHELS

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JAVIER JIMÉNEZ

Muchos millones de las antiguas pesetas en el fondo del mar. Un lujoso yate de 20 metros de eslora, y de bandera italiana, se hundió ayer en aguas de Banyalbufar, frente al Port des Canonge. Sus cuatro tripulantes pudieron llegar a la costa en una lancha auxiliar y salieron ilesos.

A las once de la mañana los bañistas del Port des Canonge repararon en una embarcación que navegaba a unos 30 metros de la costa, en una zona peligrosa porque hay rocas muy cerca de la superficie. A continuación, escucharon un estrépito inequívoco: la nave había rasgado la quilla y se estaba hundiendo. Rápidamente se puso en marcha el dispositivo de emergencia, en el que participaron la Cruz Roja, Salvamento Marítimo, Guardia Civil, Policía Local y una lancha de Medi Ambient. Todo el dispositivo estuvo coordinado por el 112, que prestó especial atención al peligro de vertido de combustible en la zona. De hecho, el yate siniestrado almacenaba en su depósito unos 1.500 litros de gasóleo. Unas barreras de contención fueron colocadas en la zona del accidente y al cierre de esta edición los equipos de emergencia seguían muy pendientes de que el líquido tóxico se filtrara por el Port des Canonge. Una parte ya se había derramado y era visible desde las rocas.

Los vecinos de la zona comentaron que el pasado martes una lancha de la Guardia Civil ya estuvo apunto de accidentarse en el mismo punto que el yate Su Ellen y que «al menos una vez al año» alguna embarcación queda encallada en ese tramo de rocas semisumergidas.

Los cuatro ocupantes de la nave eran dos matrimonios suizos y al parecer habían alquilado el yate para hacer una excursión por Tramuntana. De hecho, habían salido de Sóller y pasaban por Banyalbufar cuando se estrellaron contra las rocas. Restos de la nave, plásticos y boyas, llegaron al Port des Canonge y ensuciaron aquel paraje.