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JAVIER JIMÉNEZ Un año después de la traumática Operación Kabul, en la que cayó el clan de La Paca, la Guardia Civil volvió ayer a Son Banya. Y la entrada de los beneméritos, como ya ocurrió en julio pasado, ha levantado ampollas en el Cuerpo «hermano». Desde el Cuerpo Nacional de Policía se recordó, de forma oficiosa, que el poblado gitano está ubicado en Palma y que, por consecuencia, «es una demarcación policial, no de la Guardia Civil».

La Jefatura palmesana no fue informada con antelación de que un centenar de guardias civiles iba a asaltar Son Banya a primera hora de la mañana del jueves. Sin embargo, cuando el dispositivo estaba arrancando sí que se comunicó la operación «por cortesía» hacia el otro Cuerpo. Para las altas fuentes policiales consultadas el asunto está muy claro: «Ellos -refiriéndose al instituto armado- no tienen competencias en la ciudad, nosotros sí. Ocurre lo mismo en los pueblos: ellos pueden investigar y montar redadas, nosotros no».

También destacaron que el sábado un centenar de policías nacionales «ya limpió bastante» y pusieron en entredicho la oportunidad de una segunda macrorredada sólo cinco días después.

Desde la Comandancia, también de forma oficiosa, se intentó quitar hierro al asunto y se destacó que se trataba de una operación larga y compleja y que la Guardia Civil «por supuesto que puede actuar en Son Banya».

La operación El Dorado no se limitó al poblado gitano y los agentes registraron viviendas en Lloseta, Llucmajor y otros puntos de Palma. Se trata, al parecer, de 'narcos' relacionados con los gitanos de Son Banya, pero que residen fuera del asentamiento.