La Policía Judicial de la Guardia Civil está investigando la violación de una turista alemana y ha detenido a un empleado de un hotel de la zona, como supuesto autor de al agresión sexual. Las versiones son contradictorias: la fémina sostiene que fue forzada en la playa y el trabajador reconoce el contacto sexual pero matiza que fue consentido.
La pareja se conoció en una zona de pubs del Port de Pollença y estuvieron consumiendo bebidas alcohólicas, según coinciden los dos en ambas declaraciones. Sin embargo, la turista ha declarado que al salir del local su acompañante, de nacionalidad española, se la llevó a la playa y la forzó, aprovechando que ella estaba mareada y no podía ofrecer apenas resistencia.
Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la madrugada y después la víctima acudió a la recepción de su hotel y pidió ayuda. Los primeros en actuar fueron una patrulla de la Guardia Civil, que le informaron de los trámites a seguir y la acompañaron hasta el Hospital de Inca, para ser sometida a una revisión ginecológica. Al parecer, la inspección confirmó que había mantenido relaciones muy recientemente, pero no encontró desgarros o evidencias de violencia física.
Los datos aportados por la mujer permitieron la rápida localización del sospechoso, que resultó ser un español que trabaja en el sector de la hostelería los meses de verano.
Desde el cuartel se pusieron en contacto con el empleado del hotel y le explicaron los cargos que se habían interpuesto contra él. El varón se presentó poco después en el acuartelamiento y explicó su versión de los hechos sobre lo ocurrido aquella noche. Aseguró que era cierto que habían estado tomando unas copas juntos y que tontearon hasta que cerró el local. Luego se desplazaron juntos a la playa, donde hicieron el amor de manera consentida por ambas partes. El acusado será puesto a disposición judicial en las próximas horas.
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