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Un frutero del Mercado del Olivar se sentó ayer en el banquillo de los acusados para responder de una serie de robos de fruta y verdura por la que el fiscal le pide tres años de prisión. Durante doce meses, en los años 2005 y 2006, cinco comerciantes del mercado notaron continuos robos de género en las cámaras frigoríficas situadas en el sótano del mercado. El total del género sustraído, según los cálculos de los afectados, asciende a 18.800 euros.

Ante el aumento de los robos, los comerciantes y la gerencia del mercado instalaron varias cámaras ocultas en los almacenes. De esta forma, descubrieron al acusado. Ayer declararon de forma anticipada todos los afectados y el personal de seguridad del mercado. Dentro de una semana se celebrará el resto del juicio, que incluye la visualización del vídeo. En la sesión de ayer, no fue posible ver la cinta.

Los afectados contaron que los robos se producían de forma continua, sobre todo en fines de semana y puentes. Cada día, los comerciantes contaron que notaban pequeños hurtos, como el cambio de piñas tropicales por otras pasadas o sustracciones de setas y fruta. De esta forma, uno de los vendedores afirma que llegó a perder 6.500 euros. Desde el principio sospecharon del acusado al ver en su puestos marcas que otros comerciantes vendían en exclusiva. Según los encargados de la seguridad del local, el imputado acudía al mercado a horas extrañas y, en una ocasión, se vieron huellas de carretilla entre su cámara y la de uno de los robados.