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La vista por una reyerta entre dos familias gitanas que terminó con dos hermanos heridos por arma blanca llevó a reforzar la seguridad en la Audiencia Provincial. La vista no llegó a celebrarse después de que dos de los tres acusados renunciaran a su abogado defensor.
La Fiscalía pide una condena de ocho años de prisión para un padre y su hijo por un delito de tentativa de homicidio por estos hechos e imputa una falta de lesiones a otro hombre de la misma familia. Los hechos ocurrieron, según las acusaciones, en septiembre de 2007 en el barrio de La Soledad. Los tres acusados, un hombre de 64 años y sus dos hijos fueron al barrio a buscar a dos hermanos con los que tenían una disputa.
Cuando los encontraron, uno de los acusados se lanzó con un garrote en la mano contra uno de los dos hermanos a los que perseguían y, a la vez que le golpeaba con el palo, uno de sus hijos le intentaba acuchillar con una navaja, aunque solo logró alcanzarle levemente en el muslo.
A continuación el tercero de los acusados agarró fuerte por la espalda al otro de los hermanos agredidos y así permitió que su padre pudiera darle dos puñaladas con la intención de matarlo, según señala la Fiscalía. Las dos heridas que recibió la víctima eran mortales de necesidad ya que le alcanzaron los pulmones y tuvo que ser operado de forma urgente para evitar que falleciera.
Dos de los acusados renunciaron ayer a la defensa y la Sala optó por suspender la vista después de dar un plazo de tres días a los acusados para que designen un nuevo abogado cada uno de ellos o, si no, asignarles uno de oficio, al que no podrían renunciar. En la puerta de la Audiencia Provincial aguardaban varios familiares de los implicados en la vista.