El acusado y la víctima estaban el 12 de noviembre de 2006 en el exterior de una vivienda en el Camí de ses Pedreres de Manacor. Ambos iniciaron una pelea porque, al parecer el acusado le había robado algunas pertenencias a la víctima y éste se las reclamó. El que había sido robado tomó la iniciativa y dio un puñetazo en la cara al otro cuando éste iba a subirse al coche. Tras encajar el puñetazo, el acusado se revolvió, sacó del coche un arma blanca y con ella, se dirigió hacía el otro, al que dio una puñalada a la altura de las costillas, mientras el otro estaba de espaldas.
Cuchillo
La víctima empezó a huir con la herida y todo alrededor del coche, mientras era perseguido por el procesado que aún llevaba el cuchillo. La carrera duró hasta que el agresor se tropezó y cayó al suelo. El escrito de acusación de Fiscalía recoge que, en ese momento, el acusado se subió en el coche y, mientras la víctima estaba en medio de la calzada pidiendo auxilio, se lanzó contra él, que logró apartarse a tiempo. Ayer, en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, el acusado sólo negó este extremo. «Me subí en el coche para irme».
La confesión del acusado y el acuerdo logrado entre las partes supone una condena de dos años de cárcel por un delito de lesiones, la pena de cárcel se sustituye por la expulsión de territorio nacional durante diez años dado que el procesado es colombiano y no tiene residencia legal en España. Eso sí, la víctima por su parte tendrá que pagar una multa de 300 euros por una falta de lesiones dado que él fue el primero en golpear un puñetazo al otro.
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