Los hechos ocurrieron en el Hospital de Manacor en 2005. | Juan Mestre

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Dos comadronas del Hospital de Manacor se enfrentan a una posible condena de tres años cada una por la muerte de un bebé tras una complicación en el parto en el año 2005.

Las acusaciones consideran que las dos comadronas incumplieron «la más elemental de las obligaciones de cuidado» al no revisar el monitor que seguía al neonato durante cerca de una hora. En ese tiempo el ritmo cardiaco del bebé cayó de forma drástica. La Fiscalía y la acusación particular relatan que esta anomalía no se descubrió hasta media hora después de su inicio. Entonces intervino una ginecóloga que practicó una cesárea de urgencia. Sin embargo, el recién nacido había sufrido graves daños: no podía respirar por sí misma y tenía graves problemas cardiacos. Seis meses después del parto el bebé falleció.

Sin alarma

Las dos comadronas negaron ayer cualquier responsabilidad en lo ocurrido. Una de ellas terminaba de ser contratada en el Hospital de Manacor y, de hecho, era su primer día de trabajo. Por este motivo estaba como apoyo la supervisora del servicio. Ésta afirmó que no tuvo ninguna participación ya que se limitó a estar en una sala de espera durante todo el tiempo y sólo intervino cuando ya acudió la ginecóloga. La otra acusada se desdijo completamente de lo que había dicho en fase de instrucción: si entonces aseguró que su compañera fue quien avisó a la doctora, ahora dijo que fue ella y que la otra no participó en absoluto.

Ambas afirmaron que controlaban en todo momento el monitor, dado que éste tiene programada una alarma bajo ciertos parámetros y que esa noche no saltó, por lo que afirman que no se produjo ninguna circunstancia anómala antes de la intervención de la ginecóloga.