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Si usted llega a pasar caminando o en coche por la calle Ausiàs March, de Palma, a las 3.40 horas de la madrugada de ayer, se hubiese llevado una desagradable sorpresa. Y eso con suerte, porque en el peor de los casos no lo cuenta. Un conductor enloquecido que circulaba a una velocidad suicida provocó un grave accidente que se saldó con cuatro coches destrozados y una moto y una bici aplastados.

El siniestro se produjo cuando el vehículo monovolumen de color azul que conducía un marroquí perdió el control, debido al exceso de velocidad al que circulaba. Venía de la plaza Abú Yahyá y al entrar en Ausías March invadió la acera y arrasó las barras metálicas de un aparcamiento para bicis y motos. Una bicicleta fue aplastada y a continuación el turismo golpeó a un ciclomotor, que salió despedido quince metros y se estrelló contra la fachada de un edificio. Acto seguido, y todavía a una velocidad endiablada, el monovolumen impactó contra un Opel Corsa de color blanco, que estaba estacionado. El utilitario salió despedido y chocó también contra otros dos automóviles estacionados.

En unos segundos, el caos se apoderó de esa céntrica calle palmesana. Los vecinos bajaron a la calle, alertados por el estrépito, y la Policía Local comenzó a recibir llamadas telefónicas de testigos y residentes en la zona.

Cuando la primera patrulla llegó, el marroquí se encontraba milagrosamente ileso. Sin embargo, evidenciaba un estado muy sospechoso. No estaba conmocionado, pero deliraba y se comportaba de forma muy extraña, por lo que los agentes dedujeron que iba bebido o drogado. O quizás ambas cosas.

Al hospital

El sospechoso fue arrestado allí mismo y trasladado al hospital de Son Espases, para ser sometido a una analítica de sangre y orina. Su actitud, en el centro médico, fue muy violenta y fue imposible realizarle las pruebas para confirmar si iba bajo los efectos del alcohol o los estupefacientes.

Los daños materiales que provocó en la calle Ausiàs March fueron cuantiosos.