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El Santuari de Lluc intenta recobrar la normalidad mientras evalúa los destrozos del 'cap de fibló'
A modo de metáfora, el reloj de Lluc resume el desastre: está destrozado por fuera, pero el mecanismo sigue funcionando por dentro. Como el Santuari. Ayer, el recinto religioso se esforzaba en recobrar parte de la normalidad, entre arquitectos, técnicos y operarios que evaluaban los daños.
«Que no dejen de venir visitantes»
De momento, no se ha registrado ninguna cancelación de turistas o visitantes que tuvieran previsto pasar unas noches en las celdas de Lluc. Desde el Santuari se llevó a cabo ayer un llamamiento para que no se produzcan cancelaciones de estancias programadas en el recinto, lo que agravaría aún más la difícil situación.
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