Aunque se especuló con la posibilidad de que Juan Manuel Morales acudiera a la clínica forense el mismo día que declaró en el juzgado,

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Juan Manuel Morales, el joven de 21 años detenido por intentar poner explosivos en la UIB, quería devolver todos los químicos que compró. Su abogada, Agustina Alonso, realizó ayer nuevas declaraciones en las que explicó de nuevo que su cliente en realidad no quería llegar a cometer la masacre.

Impulso

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El joven había manifestado al juez que sí que planificó el ataque y que lo llegó a poner por escrito en su diario personal pero que no iba a pasar de ahí. La pregunta que deja esa versión al aire es, entonces ¿por qué adquirió 140 kilos de sustancias químicas para hacer explosivos? Según la letrada, esas compras respondieron al mismo impulso que le movía a escribir sus planes. Simplemente, lo hizo por Internet, de acuerdo con esta versión. La abogada explica que gastó unos 900 euros en la web y que, ahora tenía planeado devolverlos, entre otras cosas por motivos económicos.

La letrada presentó ayer de forma oficial en el juzgado que instruye la causa la petición para que se practique una pericial psiquiátrica en la clínica forense. Alonso afirma que, según los resultados, podría suponer «algún tipo de atenuante si se le diagnostica una patología leve y, si es grave, podría suponer un eximente o la inimputabilidad».

La investigación judicial permanece bajo secreto sumarial desde hace aproximadamente medio año cuando la policía alertó de lo que ocurría y comenzó una vigilancia más estrecha a Juan Manuel Morales que requirió tutela judicial.