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El abogado de Mónica Juanatey, Carlos Maceda, quiere que se repita el juicio por el que su defendida fue condenada a 20 años de prisión por matar a su hijo de nueve años y ocultar el cuerpo en una maleta. El letrado defendió ayer ante el TSJB que el veredicto de los miembros del jurado incluyen «pronunciamientos contradictorios», por lo que el resultado es «incongruente». El fiscal Eduardo Norro señaló que la defensa tuvo oportunidad de plantear estas deficiencias durante el juicio y que, sin embargo no lo hizo.

Maceda hace un cálculo sobre las votaciones del jurado. Recuerda que los miembros del tribunal consideraron probado que la muerte de César fue provocada de forma intencionada por ocho votos a uno. A este único defensor de que lo que ocurrió fue un accidente suma los dos votos que consideraron que la acusada. Así, al letrado le salen tres para los que, a su juicio, no hubo homicidio. Con estas cuentas pide que se celebre un nuevo juicio y se anule el anterior.

Más pruebas

A este argumento suma otros que ya se le rechazaron en el juicio. Plantea de nuevo que no se interrogó a una mujer que supuestamente vivía en el mismo piso que Juanatey cuando ocurrieron los hechos. La acusada había asegurado que estaba sola en la casa en ese momento. Otra prueba que reclama es el historial médico del menor, al que suma la petición de una nueva pericial psicológica sobre Juanatey. El fiscal recordó que hasta cinco peritos comparecieron en el juicio y que ninguno de ellos apreció el menor rastro de enfermedad mental en la acusada. La Sala rechazó la necesidad de esas pruebas: «No se trata de hechos nuevos ni de medios de prueba útiles ni pertinentes».

El letrado volvió a la carga con el argumento de que la confesión de Juantey «con engaño se sonsacó». Alude al encuentro entre la acusada y su novia que se produjo en comisaría. Los agentes declararon en el juicio que no hablaron entre ellos y que se limitaron a abrazarse.

También ataca que se aplicara el agravante de alevosía a la mujer. César, de nueve años estaba en la bañera cuando su madre le asfixió por sorpresa. La defensa sostiene que el niño «no tenía anulada su capacidad de defenderse». El otro agravante que ataca es el de parentesco porque sostiene que ya está incluido en la alevosía. En la sentencia ya se decía que éste es una «curiosa tesis» sin precedentes.