Los dos acusados, junto a la intérprete (izquierda). | Alejandro Sepúlveda

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«Soy padre de dos niños, no tengo trabajo, no tengo dinero, tengo los niños enfermos. Por favor, darme una moneda para mis niños enfermos. Gracias». Con este cartel, un hombre de nacionalidad rumana mendigaba en Palma. La historia real es que la persona que pedía en la calle había llegado engañado a España con una falsa promesa de trabajo y era amenazado cada día para que se dedicara a la mendicidad.

El hombre y la mujer que le ofrecieron la falsa oferta de empleo aceptaron ayer en la Audiencia Provincial una condena de un año de cárcel por un delito de coacciones.

Los hechos arrancaron en la localidad rumana de Giurgio. Los dos acusados sabían que su compatriota se encontraba en una grave situación económica y le ofrecieron viajar con ellos a España con la promesa de un empleo. El viaje se produjo el 15 de febrero de 2011. Nada más llegar a Palma, los dos supuestos empleadores informaron a la víctima de que no había ningún trabajo y que, a cambio del viaje debía ejercer de forma obligada la mendicidad en las calles de Ciutat. Para presionarle, según el relato de hechos con el que se conformaron ayer los dos acusados, le intimidaban e incluso llegaron a la violencia física. La pareja se quedaba de forma íntegra con todo el dinero que ingresaba y, en el caso de que no llegara a pagarles 40 euros en un día, el hombre llegaba a colocarle un cuchillo en el cuello para apremiarle.

Los dos explotadores fueron detenidos por agentes del Cuerpo Nacional de Policía en el mes de abril de 2011. Su abogado, Jaime Calvar, alcanzó un acuerdo antes del juicio con el fiscal por el que el ministerio público rebajaba su petición inicial de prisión, de siete años de cárcel por delitos de trata de seres humanos.