Un agente de la Policía Nacional, frente a los juzgados de Palma. | M. À. Cañellas

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La ley gitana así lo marca: «Ojo por ojo, diente por diente. Quien la hace la paga». El enfrentamiento y la guerra abierta entre los clanes gitanos de ‘Los Valencianos' y ‘Los Cautos' no se ha hecho esperar.

Tras los apuñalamientos registrados, en la madrugada del sábado al domingo de la semana pasada en el Coll d'en Rabassa de Palma donde dos varones de 27 y 31 años, uno de cada familia resultaron heridos de gravedad, la tensión ha ido aumentando a medida que iban transcurriendo los días.

El momento de mayor preocupación se vivió la madrugada del martes cuando varios vecinos de las calles Manacor y Capità Vila de Palma denunciaron que se habían producido sendos tiroteos por parte de los clanes gitanos que clamaban venganza e iban a la ‘caza' de sus rivales.

La rápida actuación policial evitó que los incidentes fuesen a más y se habilitó un amplio dispositivo de vigilancia por parte de los grupos de antidisturbios. Al parecer, hace unos días, el patriarca de uno de los clanes obligó a los implicados en la pelea a que se entregasen voluntariamente a la Policía Nacional para esclarecer los hechos. Es más, algunos de los participantes en la reyerta estaban escondidos o fuera de la Isla por miedo a represalias.
Finalmente, agentes de la UIP (Unidad de Intervención Policial) blindaron literalmente el edificio de los juzgados de vía Alemania como medida de precaución para evitar altercados entre las dos familias gitanas.

Por el momento, los dos heridos permanecen fuertemente vigilados en los hospitales de Son Llàtzer y Son Espases respectivamente. Uno de ellos, recibió hasta seis puñaladas y fue abierto literalmente en canal. Su estado es muy grave.

A primera hora de la tarde de ayer, seis detenidos pasaron a disposición judicial ante el juez sustituto del juzgado de Instrucción número 1 que ayer estaba de guardia y, tras tomarles declaración, los envió a prisión.